La Silla de Enea 🪑

 Cada mes el Papa Francisco, propone una intención sobre la que orar y reflexionar. Para ello, se publica un video con las palabras del Papa sobre esa intención. En el mes de febrero, en el video del Papa, nos dice que en la puerta de las parroquias debería haber un cartel que dijera “entrada libre”, capaz de expresar que, dentro del edificio, hay una comunidad abierta a todo el que se quiera acercar.

 

De esta manera, el Papa ha dedicado su intención de oración del mes a las comunidades cristianas, las cuales, ha dicho, deben ser “cercanas, sin burocracia, centradas en las personas y donde encontrar el regalo de los sacramentos”.

 

Asimismo, Francisco señala que las parroquias “tienen que volver a ser escuelas de servicio y generosidad”, con sus puertas “siempre abiertas a todos”, ya que “no son un club para pocos”. Por ello, Francisco ha pedido audacia para replantearse “el estilo de nuestras comunidades parroquiales”.

 

Es necesario ser comunidades parroquiales de acogida, donde cualquier persona se sienta apreciada y respetada. El acogimiento debe ser un signo identificativo en nuestras parroquias. Esta labor es importante, y no es responsabilidad solo del párroco, sino, de todas las personas que formamos la parroquia.

 

En la encíclica “Fratelli tuti”, se nos recuerda que Dios nos ha hecho a todos hijos de Dios y por lo tanto hermanos. Compartimos el camino de la vida y debemos ofrecer a los demás, lo mejor que tenemos, el amor. Puertas abiertas en las parroquias, brazos abiertos en las comunidades. La parroquia es la casa de cualquiera que se acerque a ella. Es un compromiso.

 

Y que decir de los grupos, las hermandades. Todos tenemos el mandato de “amaos los unos a los otros, como yo os he amado”. Somos parte de la Iglesia, somos cuerpo místico de Cristo. Cada uno tiene una tarea, una misión, pero la unidad tiene que ser la constante. En estos tiempos que tanto se está hablando en la Iglesia de sinodalidad, debemos recordar que todos estamos en una misión compartida: evangelizar.

 

Para ello debemos unir fuerzas y hacer presente a Cristo continuamente. Y que mejor que empezar desde dentro hacia afuera, abrir las puertas.

 

 

 

Enrique Román Sedano