Cuando en las últimas escenas del Nombre de la rosa, Guillermo de Baskerville se cuestiona qué es lo verdaderamente alarmante de la risa, una mordaz respuesta por parte del bibliotecario de la abadía italiana de San Michele irrumpe en los intrincados pasajes de la torre del archivo: “la risa mata el miedo”.
Pese a no comulgar con la crítica feroz que supuso la transgresora novela
de Umberto Eco hacia el cristianismo del medievo, la adaptación al cine de la
misma nos deja frases que, para el que sabe leer entre líneas y filtrar la
información sesgada que constantemente recibimos del exterior, podrían haber
sido escritas en el presente más inmediato. En un mundo consternado por
tragedias diarias donde se nos recuerda ininterrumpidamente lo poco halagüeño
que pinta nuestro futuro, son pocos los que entre carcajadas parecen
esquivar lo que les depara el mañana y saben realmente disfrutar de lo que les
ha sido regalado de forma gratuita.
Como cada mañana Setefilla te brinda otra nueva oportunidad para hacerlo. Levanta
la cabeza de la dichosa pantalla del teléfono, párate a pensar y haz un alto en
tu frenético camino, pregúntate a ti mismo el porqué de tus decisiones y no se
te olvide dedicarle un minuto a quiénes te llevaron hasta el sitio en el que
estás ahora, estén aquí abajo o allí arriba. Sin querer parecer pretencioso,
muchas de las respuestas que buscas se encuentran en la capilla junto al altar
mayor de tu parroquia y todas ellas te son devueltas con la media sonrisa que
sólo te esboza una madre, no creo que haya mucho más que añadir...
La risa mata el miedo y no queremos darnos cuenta. Los que sí parecieron
tenerlo claro en su día -no podría dejar pasar la oportunidad de dedicaros unas
líneas-, fueron los amigos JC y JA que seguro en un distendido encuentro entre risas
y anécdotas juveniles vencieron el miedo, por llamarlo de alguna manera,
a retomar esta bonita iniciativa bloguera que espero tenga una larga vida.
Sirva este mi primer escrito para expresar mi más sincera gratitud.
Heras y
Liñán.
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