¿Qué nos deparará este nuevo año?
A nosotros, la ilusión de arrancar con este nuevo proyecto el cual esperamos que sea del agrado de sus lectores. Al resto imagino que como siempre, ganas de cambiar los malos hábitos (todo un clásico). Si los enumeramos; dejar de fumar, hacer deporte, perder en pocos días los mantecaos del mes pasado, encontrar el trabajo que nos haga sentir cómodos y un largo etcétera. Ser felices en general y cambiar la (p**a) vida que hasta este mismo momento hemos llevado. ¡O quizás no! Por suerte, somos muchos los que a día de hoy, primero de enero del año del Señor dos mil veintitrés, nos sentimos bien con nosotros mismos, cosa que hoy en día es más importante que llevar la cartera bien abrigada. Se de lo que hablo, créanme. Soy feliz y nunca he llevado la cartera abrigada. La felicidad en la vida del hombre es de vital importancia, y cuando digo vital, es VITAL al 200% puesto que una mala gestión de nuestras emociones, nos puede dejar a mitad de camino. Somos dueños de nuestras vidas, no dejemos ni por todo el oro de una mina, ser marioneta del sistema ni esclavos de nuestros sentimientos. Dejemos el egoísmo, las disputas, las críticas, todo lo que le resta a nuestras vidas y seamos consecuentes y sinceros con esta, que eso lo tenemos en nuestra mano y lo podemos cambiar siempre que queramos. Seamos sanos con nosotros mismos. Ya tenemos bastante con las enfermedades que nos linchan a diario, con las epidemias que nos puedan llegar, con el año que en poco más de un mes haremos de guerra en Ucrania, con los apuñalamientos y asesinatos de este último año (viéndose agravado en el último mes de diciembre), o la inflación de precios en la nación mal llevada por un tirano acompañado y animado de golpistas y terroristas. Vivamos nuestra propia vida, vivamos hasta el final y vivamos siempre con la alegría de ver feliz a la gente que nos rodea. Y ahora, si quieres fúmate un cigarrillo o sírvete un lomo en manteca. Os deseo un bonito año dos mil veintitrés y que la Virgen nos ampare. Vámonos Rey Negro, dale paso a la trasera.
